Todo lo que eres, lo que has sentido, tus recuerdos, lo que te ha hecho feliz, lo que te ha enamorado, lo que has odiado, lo que has aprendido, tu dolor, tu esperanza, tus esfuerzos, tus derrotas, tus logros, tus miedos… todo, absolutamente todo desaparece para siempre cuando mueres. Tu recuerdo se disuelve y desaparece como una lágrima bajo la lluvia.

Y el mundo seguirá girando, como si nada hubiera pasado.